Con el aumento de las amenazas informáticas y la explosión de los ciberdelitos (tanto en número como en sofisticación), cada vez más organizaciones y profesionales están viendo la necesidad capital de invertir en estrategias para salvaguardar sus sistemas y datos. En el ámbito de la ciberseguridad existen dos enfoques o formas de trabajar que son complementarias: la defensiva y la ofensiva.
Ambas perspectivas o estrategias son esenciales, pero cada una opera con objetivos, técnicas y herramientas específicas que responden a diferentes necesidades, funciones y prioridades.
Desde nuestra organización sin ánimo de lucro, Emancipatic, nos centramos en la promoción de la capacitación digital entre personas mayores y otros colectivos vulnerables. Por ello, trabajamos para crear programas de formación accesibles para estos y otros segmentos de población que no pueden permitirse formación especializada o que parten de una considerable brecha digital o dificultad de acceso a las tecnologías.
A través de nuestro proyecto Ciberetic, impartimos conocimientos sobre ciberseguridad tanto defensiva como ofensiva a las capas sociales que más lo necesitan. Con estos programas, Emancipatic permite a personas de distintos perfiles acceder a una formación técnica actualizada en ciberseguridad y potenciar sus habilidades para mejorar su empleabilidad.
Con un ánimo divulgativo, en este artículo abordamos qué son la ciberseguridad defensiva y la ofensiva, sus diferencias y cómo ambas perspectivas pueden combinarse para implementar una estrategia de seguridad completa.
Qué es la ciberseguridad defensiva
La ciberseguridad defensiva es el conjunto de estrategias y acciones destinadas a proteger los sistemas y la información frente a ataques o amenazas externas. Su objetivo principal es anticiparse a los riesgos y construir barreras y mecanismos de protección para evitar que los atacantes puedan acceder a los datos sensibles de una organización.
La ciberseguridad defensiva abarca desde la creación de políticas de seguridad hasta la implementación de herramientas de análisis y monitorización que detectan y bloquean accesos no autorizados.
Las técnicas de la ciberseguridad defensiva incluyen:
- Monitoreo de redes: Identificar y analizar patrones de tráfico para detectar posibles amenazas.
- Firewalls y sistemas de detección de intrusiones (IDS): Filtrar y bloquear el acceso no autorizado.
- Gestión de vulnerabilidades: Identificar y corregir puntos débiles en los sistemas antes de que puedan ser explotados.
- Seguridad perimetral: Proteger el entorno de red mediante barreras que impidan el acceso a elementos externos.
Los profesionales en ciberseguridad defensiva trabajan para mantener la integridad y disponibilidad de los datos. Su labor es continua y reactiva, ya que buscan evitar incidentes de seguridad y, en caso de que ocurran, minimizar el impacto.
Qué es la ciberseguridad ofensiva
La ciberseguridad ofensiva, por otro lado, se enfoca en simular ataques para evaluar la seguridad de los sistemas. También conocida como ethical hacking, tiene como propósito identificar las vulnerabilidades desde la perspectiva de un atacante, probando los sistemas de seguridad con el fin de mejorarlos y fortalecerlos.
La ciberseguridad ofensiva tiene un enfoque preventivo e implica analizar y atacar los sistemas de una organización, pero con el consentimiento de esta, de manera controlada y segura.
Las principales técnicas en ciberseguridad ofensiva incluyen:
- Pruebas de penetración o pentesting: Simular ataques reales para evaluar la efectividad de las defensas.
- Red teaming: Evaluar la respuesta de la organización a un ataque en todas sus capas, no solo tecnológicas.
- Ingeniería social: Engañar a los empleados o usuarios para que revelen información o realicen acciones que comprometan la seguridad.
- Escaneo de vulnerabilidades: Usar herramientas para detectar puntos débiles en los sistemas.
Los expertos en ciberseguridad ofensiva se aseguran de que los sistemas y el personal estén preparados para responder a posibles ciberataques. Su papel es proactivo y preventivo, ya que buscan detectar, estudiar y solucionar las fallas y carencias antes de que los ciberdelincuentes puedan explotarlas.
Diferencias entre ciberseguridad defensiva y ofensiva
Objetivo o finalidad
El objetivo de la ciberseguridad defensiva es proteger y mantener los sistemas seguros en todo momento. Se centra en implementar mecanismos, sistemas y escudos efectivos ante los ciberataques y de monitorizar el entorno para detectar y bloquear ataques.
Por otro lado, la ciberseguridad ofensiva tiene como fin evaluar la seguridad desde la perspectiva del cibercriminal, por lo que los profesionales especialistas en esta rama trabajan asumiendo el rol del ciberatacante para hallar puntos débiles y vulnerabilidades a fin de repararlos y blindarse defensivamente. Este enfoque es preventivo y busca adelantarse a los movimientos de los ciberdelincuentes.
Técnicas y procesos
Las técnicas defensivas incluyen, entre otras cosas, la monitorización y control de redes, la administración de accesos, los parches de seguridad y el firewalling. Los defensores trabajan para reducir la superficie de ataque, proteger los sistemas y establecer una detección rápida de intrusiones.
Las técnicas ofensivas, en cambio, incluyen pentesting, red teaming, y la utilización de ingeniería social para detectar vulnerabilidades. Los hackers éticos o atacantes simulados adoptan la mentalidad y los procesos del atacante para poner a prueba los sistemas y detectar puntos débiles que no sean evidentes desde el enfoque defensivo.
Herramientas
Las herramientas utilizadas en ciberseguridad defensiva incluyen:
- Firewalls: Para filtrar el tráfico de red.
- Sistemas de detección y prevención de intrusiones (IDS/IPS): Para identificar actividades sospechosas.
- Antivirus y antimalware: Para evitar la entrada de software malicioso.
- Sistemas de gestión de información de seguridad y eventos (SIEM): Para recopilar y analizar datos de seguridad en tiempo real.
En ciberseguridad ofensiva, las herramientas más habituales son:
- Kali Linux: Una distribución de Linux especializada en pruebas de seguridad.
- Metasploit: Plataforma para realizar pruebas de penetración y explorar vulnerabilidades.
- Nmap: Herramienta para el escaneo de redes.
- Burp Suite: Para evaluar la seguridad de aplicaciones web.
Perfiles profesionales
En el área defensiva, algunos de los perfiles profesionales incluyen:
- Analista de seguridad: Monitorea las amenazas y trabaja en la defensa de los sistemas.
- Administrador de redes y sistemas: Configura y mantiene las infraestructuras de seguridad.
- Especialista en cumplimiento y auditoría: Asegura que las políticas y normativas de seguridad se cumplan.
En el área ofensiva, encontramos perfiles como:
- Pentester: Realiza pruebas de penetración para descubrir vulnerabilidades.
- Red Teamer: Simula ataques para evaluar la respuesta de la organización a incidentes de seguridad.
- Hacker ético: Emula las técnicas de los ciberdelincuentes para mejorar las defensas.
Ejemplos y aplicación
Un ejemplo típico de ciberseguridad defensiva sería la implementación de firewalls y políticas de acceso en una empresa para evitar accesos no autorizados. También es defensivo el monitoreo continuo de la red y el análisis de logs en tiempo real para detectar amenazas.
En el ámbito ofensivo, un pentest realizado a una aplicación web sería un ejemplo de prueba de seguridad ofensiva, ya que busca detectar fallos en la aplicación antes de su lanzamiento. Otro ejemplo sería un ejercicio de red teaming, donde un equipo simula un ataque global contra la organización, evaluando tanto la infraestructura como las respuestas del personal ante posibles escenarios de ataque.
¿Cuál de los dos enfoques es mejor?
No se puede decir que uno de estos enfoques sea mejor que el otro; ambos son fundamentales para crear una estrategia de ciberseguridad sólida. La ciberseguridad defensiva es esencial para la protección diaria, ya que establece barreras y controla el acceso a los sistemas de información. Sin embargo, confiar únicamente en las defensas puede dejar puntos ciegos y vulnerabilidades sin identificar.
La ciberseguridad ofensiva, al actuar desde la perspectiva de un atacante, permite exponer los errores o las fisuras en la infraestructura y mejorar la preparación de la organización. Idealmente, una estrategia de ciberseguridad combina ambas técnicas o procesos para maximizar las defensas y crear un entorno de seguridad integral.
Fórmate en ciberseguridad defensiva y ofensiva con Emancipatic
Para quienes deseen adentrarse en el mundo de la ciberseguridad, contar con una formación tanto en técnicas defensivas como ofensivas es esencial. Formarse en ambos enfoques es una ventaja para cualquier profesional, ya que entender cómo proteger un sistema implica también conocer cómo puede ser atacado.
Emancipatic ofrece, a través de su programa Ciberetic, una formación completa y accesible para todas las personas, sin importar su condición social y su nivel previo. Lo único que se necesita son conocimientos básicos de informática a nivel usuario y tener interés y motivación por aprender ciberseguridad.
Este programa, impulsado desde nuestra ONG en colaboración con el INCIBE, está financiado con fondos Next Generation, por lo que nuestros cursos de ciberseguridad son 100% gratuitos. El objetivo es proporcionar a sus participantes las bases y las herramientas necesarias para desarrollarse en el sector de la ciberseguridad.
Con programas como Ciberetic, Emancipatic ayuda a formar nuevos talentos que contribuyen a un mundo digital más seguro, fomentando la inclusión y facilitando el acceso a empleos de calidad en un campo en constante crecimiento.
Si te interesa trabajar en ciberseguridad y quieres adquirir las habilidades necesarias para defender y mejorar la seguridad de sistemas y redes, considera la formación en ciberseguridad defensiva y ofensiva que Emancipatic pone a tu alcance. Contáctanos y recibe toda la información sin compromiso.