Desde que internet está presente en la mayoría de tareas y áreas de nuestra vida, la accesibilidad web ha dejado de ser una opción o una recomendación basada en buenas prácticas. Se trata de un requisito ineludible por cuestiones éticas, legales y también de negocio.
No es recomendable, ni lícito, que nadie se quede fuera de tu web, y menos aún cuando existen normas de accesibilidad web, protocolos y guías para garantizar que todas las personas, con o sin discapacidad, puedan acceder, entender y navegar con comodidad.
A continuación, de la manos de los expertos de SocialCo, nos adentramos en el mudo de la accesibilidad de sitios web. Para ello hablaremos de la normativa de accesibilidad web y de los requisitos mínimos que deben cumplir las páginas web para ser accesibles.
¿Qué es la accesibilidad web y por qué importa?
Tal y como recalca Javier Merino, «la accesibilidad digital es justicia social, pretendemos servir a personas que siempre debieron recibir los mismos servicios que el resto». Cuando hablamos de qué es la accesibilidad web, no solo pensamos en ese 9 % de la población con discapacidad reconocida (INE), sino en todos nosotros en algún momento de nuestra vida: el usuario mayor con baja visión, quien navega con el móvil bajo el sol, o quien sufre una lesión temporal en las manos y solo puede usar la voz o el teclado.
Alicia Urrea subraya que «cuando diseñamos productos digitales teniendo en cuenta criterios de accesibilidad, estamos diseñando para nuestros amigos, nuestras familias… y para nuestro futuro yo». Ese «yo futuro» pondrá a prueba nuestro sitio con tabulador, zoom y tecnologías de asistencia, y agradecerá una experiencia sin barreras.
Los beneficios no acaban en la ética: una web accesible aumenta el alcance (sumas ese 9 % extra de usuarios), refuerza el SEO (los buscadores «leen» como lectores de pantalla) y mejora la accesibilidad UX para todos. Dicho de otra forma, optimizar tu sitio según los requisitos de accesibilidad web no es un coste o una obligación, sino que debe considerarse una inversión en reputación, alcance y calidad.
Marco legal: de la Directiva Europea a la legislación española
Acta Europea de Accesibilidad (EAA) – Directiva 2019/882
El punto de inflexión llega con el Acta Europea de Accesibilidad, aprobada en 2019 y de aplicación obligatoria a partir del 28 de junio de 2025. Esta normativa de accesibilidad web fija requisitos mínimos para productos y servicios digitales, obligando a sectores esenciales (banca, transporte, comercio electrónico, telecomunicaciones, plataformas audiovisuales) a garantizar una accesibilidad de páginas web plena y sin exclusiones.
Tal y como explica Javier, “el objetivo final es que toda la ciudadanía, en igualdad de condiciones, pueda acceder a estos servicios digitales”. Además, a diferencia de la legislación previa, la EAA implica sanciones, incluso penas de cárcel en algunos países, lo que promete impulsar el cumplimiento real.
Real Decreto 1112/2018 y LSSI en España
En España ya existía un marco sólido: el Real Decreto 1112/2018, que transpone la Directiva 2016/2102, y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI), que desde 2002 obliga a que las páginas web accesibles del sector público sean accesibles. Sin embargo, hasta ahora la falta de sanciones había diluido su impacto. La nueva ley de accesibilidad web europea viene a reforzar este escenario.
“En España había mucha legislación previa… pero es la europea la que plantea sanciones”, apunta Alicia Urrea.
Además, la normativa española exige que las páginas con accesibilidad web financiadas total o parcialmente con fondos públicos cumplan al menos nivel AA, y que cualquier contenido nuevo lanzado tras junio de 2025 —sitios íntegros, secciones añadidas o migraciones tecnológicas— respete los requisitos de accesibilidad web desde su nacimiento.
Estándares técnicos: WCAG 2.2 y niveles de cumplimiento
El pilar técnico de toda normativa de accesibilidad web es el estándar WCAG, publicado por el W3C:
- WCAG 2.2 (vigente)
- Próxima publicación de WCAG 3
Este estándar establece 86 criterios divididos en tres niveles:
- Nivel A (básico): cubre lo esencial para una accesibilidad de una página web mínima.
- Nivel AA (intermedio): obligatorio por ley en Europa y España.
- Nivel AAA (avanzado): deseable, pero no exigido.
Un ejemplo muy gráfico:
- A (mínimo): los vídeos grabados deben incorporar subtítulos y audiodescripción.
- AA: esa misma exigencia se extiende a vídeos en directo.
- AAA: además, se añaden lengua de signos y descripción textual ampliada.
Tal y como recalca Javier, “la ley europea nos exige el cumplimiento de estándar Doble A, por lo que tenemos que cumplir los criterios A y AA”.
Cómo evaluar la accesibilidad de tu web
1. Auditoría inicial y declaración de accesibilidad
Para demostrar que nuestra web cumple con la normativa de accesibilidad web, la ley de 2018 obliga a publicar una declaración de accesibilidad donde se indique:
- Fecha y métodos de evaluación (informe IRA).
- Resultado global y listado de criterios evaluados.
- Contenidos no accesibles y justificación.
- Plan de revisiones periódicas.
- Mecanismo de queja: un canal para que los usuarios soliciten correcciones si encuentran barreras.
“Según la ley, debemos incluir un mecanismo de queja para que la gente pueda decir ‘Oye, esto no es accesible, envíamelo adaptado’”, puntualiza Alicia Urrea.
2. Proceso de auditoría (informe IRA)
Una auditoría completa no se limita a la portada, sino que abarca todo el sitio:
- Identificar plantillas: portada, artículo, listado, formularios…
- Seleccionar URLs representativas de cada plantilla.
- Aplicar validadores automáticos (WAVE, TAW, AChecker) y checklist manual.
- Pruebas de usuario: personas reales usan teclado, zoom y tecnologías de asistencia.
- Informe IRA: contiene la auditoría inicial, el listado de incidencias y el informe de correcciones realizadas.
Tal y como apunta Javier, «la auditoría sigue varios pasos: identificar plantillas, elegir páginas de muestra y pasar validadores, pero el sello final sólo se obtiene si todo el sitio pasa la prueba».
3. Validadores automáticos: ventajas y límites
Herramientas como WAVE, TAW (CTIC) o AChecker permiten cribar errores evidentes, pero solo detectan el 20-30 % de los problemas y a veces señalan falsos positivos.
“Los validadores automáticos son útiles como primer paso, pero no sustituyen la revisión humana ni la experiencia real de uso”, advierte Alicia Urrea.
Pruebas prácticas: teclado, zoom y accesibilidad cognitiva
Navegación con teclado
Para garantizar la accesibilidad UX, es fundamental que la web sea operable con teclado:
- Uso del tabulador para recorrer enlaces y formularios.
- Botón “saltar a contenido” para evitar bloques repetitivos.
- Indicador de foco claro: que el usuario vea en qué elemento está.
Tal y como ejemplifica Javier, «si entras y avanzas con tabulador, debes poder saltar menús, y el foco debe marcarse con nitidez».
Zoom y adaptabilidad visual
Una persona con baja visión aumentará el zoom (Ctrl +), a veces hasta un 200 %. Una página con accesibilidad web debe:
- Mantener la legibilidad del texto.
- Evitar solapamientos de elementos.
- Conservar la navegabilidad sin barras de desplazamiento excesivas.
Accesibilidad cognitiva y pruebas con usuarios
La accesibilidad cognitiva es clave, sobre todo para personas con discapacidad intelectual. Algunos puntos importantes para facilitar esto son:
- Involucrar a colectivos especializados (Plena Inclusión, UNED) en talleres y encuestas.
- Validar que la organización de la información y el lenguaje sean claros y comprensibles.
“En Plena Inclusión, participamos con más de 300 usuarios en todas las fases: definición, testing… porque la accesibilidad debe estar desde el principio”, relata Alicia Urrea.
Inteligencia artificial: una ayuda, no un sustituto
El avance de la IA aporta herramientas de descripción de imágenes, asistentes de voz o adaptaciones automáticas de contraste y tamaño. No obstante:
- No reemplaza la evaluación humana ni la prueba real de uso.
- No detecta barreras sutiles: estructura desorganizada o contenido confuso.
“La IA puede darnos una fotografía rápida, pero para validar la accesibilidad real necesitamos análisis experto y usuarios implicados”, concluye Alicia Urrea.
Seis pasos para un diseño web accesible
- Navegación por teclado (saltar menús, foco claro).
- Estructura semántica: un único
<h1>
por página, jerarquía lógica de encabezados. - Multimedia accesible:
alt
en imágenes informativas, subtítulos y transcripciones en vídeo/audio. - Contraste y tamaño: texto, bordes y botones visibles.
- Formularios etiquetados: campos con
<label>
claros y asociados correctamente. - Contenido comprensible: lenguaje sencillo o lectura fácil (norma UNE, validación posterior).
Tal y como señala Javier, «si cubres estos seis criterios, probablemente hayas resuelto el 70 % de los problemas de accesibilidad».
WordPress y plugins de accesibilidad
¿Son fiables los “botones mágicos” de accesibilidad para WordPress? El consenso es que:
- Los plugins visuales pueden ayudar a usuarios sin tecnologías de asistencia.
- Pero pueden interferir con lectores de pantalla.
- WordPress ya incluye herramientas nativas: jerarquía de encabezados,
alt
en imágenes, etiquetas en formularios… Basta con aprender a utilizarlas correctamente.
Conclusión: la accesibilidad ya no es opcional
- No es opcional ni solo para el sector público.
- No hace falta saberlo todo, sino empezar a dar pasos.
- No estás solo: existen recursos, herramientas y profesionales que te pueden ayudar en el proceso.
Tal y como señalan los especialistas de SocialCo, si integras los requisitos de accesibilidad web desde el inicio, lograrás un diseño web accesible más eficiente y sostenible. Es el momento de construir webs accesibles para todos y avanzar en la inclusión digital de toda la sociedad sin excepciones.