A medida que envejecemos, es importante mantener un estilo de vida saludable para seguir disfrutando de una vida activa y plena. Para ello, hay que centrarse en hábitos como el ejercicio regular, la nutrición adecuada y la actividad social. Son pequeñas palancas que si conseguimos incluir en nuestro día a día apenas nos costará esfuerzo y lograremos un cambio de rutina que notaremos en nuestra salud.
1. Mantenerse socialmente activo
Mantenerse socialmente conectado con nuestros seres queridos y amigos a medida que se envejece es extremadamente importante para mantener la salud física y mental (no dirás que este primer hábito requiere mucho esfuerzo). Las personas que cuentan una mayor interacción social suelen ser individuos más sanos, según ha demostrado la ciencia en varias ocasiones. La interacción social aporta sentimientos positivos y disminuye el estrés y previene también el deterioro que fomenta las enfermedades mentales.
Una forma de mantenerse activo socialmente es intentar participar en actividades de grupo. dar un paseo con un amigo, apuntarnos a alguna actividad, aprender algo nuevo (por ejemplo, nuevas tecnologías como fomentamos desde emancipaTIC) son formas fantásticas de hacer de esto un hábito y que el día a día no haga que cada vez nos dé más pereza salir de casa o quedar con amigos.
2. Hacer ejercicio cada día
Un estilo de vida sedentario puede provocar un aumento de peso estar demasiado tiempo sentado puede ser malo para nuestra salud y nuestro corazón. Esto hoy en día no es ningún secreto que no movernos puede fomentar la diabetes, presión arterial o enfermedades del corazón.
Hacer ejercicio a medida que envejecemos es crucial para disminuir el riesgo de enfermedades del corazón. En este artículo te damos algunas ideas de deportes y actividades físicas que se pueden practicar en cualquier edad.
El ejercicio disminuye el riesgo de desarrollar colesterol alto y presión arterial alta. También puede ayudar a disminuir la fatiga y la falta de aliento y permitirle mantener todas las actividades que disfruta en su vida diaria.
3. Ten una rutina de mañanas saludable
Cómo empecemos el día suele marcar cómo transcurre el resto de la jornada. Por eso, incluir dar un paseo y un desayuno saludable al empezar el día puede ayudarnos a hacer que nuestros hábitos cambien a mejor.
Para aquellos que quieran empezar un programa de ejercicios, un buen punto de partida es una rutina de caminatas o cualquier ejercicio aeróbico suave
4. No solo camines
Cierto entrenamiento de fuerza y movilidad tiene numerosos beneficios para la salud y para la movilidad, así que es importante que también los incluyamos dentro de nuestros posibilidades. Acudir a los parques públicos donde existen máquinas de ejercicios o practicar deportes como la natación puede ser una buena opción.
Eso sí, no olvidemos que caminar es un ejercicio muy saludable. Trasladarse a los sitios caminando siempre que sea posible siempre será bueno.
5. Cuidemos la alimentación
Mantener una dieta diversa es fundamental más allá del ejercicio. Es un tema que da para mucho y donde hay un montón de información y divulgación. Pero, para empezar, tomar el hábito de leer las etiquetas de los productos que compramos puede ser un buen comienzo, al igual intentar comer alimentos frescos y alejarse de los productos procesados.
Una estrategia es comer una mayor cantidad de alimentos de baja densidad calórica, como las verduras de hoja verde como la lechuga, las espinacas, las frutas y las sopas. Estos alimentos contienen mucha agua, por lo que hay menos calorías para el volumen de comida que se ingiere.
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